"Conozco perfectamente el lado oscuro de tu vida. Sé que hay en ti sombras que a veces producen miedo: a otras personas y también a ti mismo. Sé que a veces haces el mal que no quisieras y que tú mismo te asombras del remolino de egoísmo que te envuelve por dentro y por fuera como telarañas.
Sé que sueñas con ser bueno y que a veces te salen bien las cosas, que descubres la belleza de ser generoso, el atractivo de hacer el bien, de salir de ti, de entregarte, de ser comprensivo y paciente, denunciador de abusos y liberador de miedos e injusticias. Sé que a veces tienes la íntima convicción de que haces el bien y que llegas a creer sinceramente que eres bueno. Y sé que, cuando menos lo esperas, vuelves a descubrir en ti, una y otra vez, el tremendo peso del egoísmo, de la cobardía, de la pereza para amar, de la debilidad que te aherroja de mil y una maneras y con mil miedos. Hay veces que te pesa insoportablemente tu propio yo, demasiado estrecho, y querrías verte libre de él para vivir libre sobre otro fundamento más solido."